En medio del bullicio, de contaminación, de gente y de prisas, hoy descubrimos, por suerte, otro rinconcito en Madrid repleto de paz y tranquilidad. Precisamente, descubrimos la primera flor de primavera: la flor del almendro en el parque La Quinta de los Molinos, en Madrid.
En primera instancia, al descubrir la esencia de este lugar, el sentido del olfato se desarrolla a mil revoluciones. Por un lado, huele a flores, huele a naturaleza. Por otro lado, sin duda, huele a paz interior. Ciertamente, sensaciones que generan cada uno de los almendros que nos rodean y florecen para así, demostrarnos una belleza singular.
Su plantación tuvo lugar en 1920 y gracias a ello, desde entonces cada año durante alrededor de dos semanas al año, este pequeño rincón de Madrid nos regala esta mezcla positiva de emociones y contrastes.
El Parque de la Quinta de los Molinos se encuentra al final de la calle Alcalá, en Madrid. En realidad, se ubica en una zona industrial llena de coches, así como de industria y de establecimientos. De hecho, nos resulta increíble que pasemos la puerta de entrada del parque y podamos en cuestión de segundos encontrarnos con un paisaje tan mágico que nos aporta tanta tranquilidad. Además, es un parque protegido como parque histórico debido a sus características únicas y tan singulares.
Sentados debajo de uno de los almendros, escribimos este post y nos sentimos libres y felices de estar rodeados de esta naturaleza, así como también tener la suerte de compartir el florecer de estos maravillosos almendros. Tan solo se escucha el cantar de los pájaros que se une, por cierto, al intenso olor que derrochan las flores.
Por otra parte, este regalo de la naturaleza se encuentra condicionado por la climatología y se viene dando durante cerca de dos semanas entre enero y marzo. Desde luego, si hace más calor, este fenómeno se adelanta más a finales de enero. En cambio, si el invierno es más frio, nos podemos encontrar este escenario hasta mediados de Marzo.
Por supuesto, no cometas el error de quedarte en el comienzo del parque, es la zona donde más gente hay sin duda. Así que, explora todo el parque, tómate tu tiempo y verás que los almendros te indican el camino hacia la tranquilidad, así como lugares donde incluso en momentos de mayor tránsito, estarás tú solo.
Asimismo, el parque La Quinta de los Molinos ofrece, además, una diversidad de paisajes como este, donde, en realidad, parece que estamos en medio de un bosque formado por pinos, olivos y eucaliptos en una zona bien alejada de Madrid.
Mientras seguimos caminando y caminando por este rincón escondido de Madrid, damos a parar frente a un estanque con una fuente. Sin duda, un lugar donde volver a detenernos para así observar nuestro alrededor y sentir esa paz interior que nos brinda este maravilloso lugar.
Para terminar, si seguimos caminando, seguidamente, pasado el estanque, a apenas unos metros nos encontramos ante un antiguo palacete. De hecho, a día de hoy se utiliza como una tranquila cafetería. Además, este palacete fue propiedad de César Cort, un arquitecto alicantino que construyó esta finca agrícola rodeado de estos almendros tan maravillosos que a día de hoy nos rodean.
Por ello, déjate sorprender por un paisaje singular en medio de una ciudad. Aparca a un lado las preocupaciones y las inquietudes para así disfrutar de miles de experiencias únicas que cada flor de almendro, cada pino, cada rincón de este lugar te proporciona.
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